Vistas de página en total

4/29/2008

En carne viva


¿Qué es lo que me contesta el amor cuando le hablo?
Creo que se ha hecho el loco, gira como una peonza y baila la danza del vientre a mi alrededor. Se ríe de forma histérica y me pone nervioso. Me mira con sus ojitos lánguidos pero vivarachos, dos aceitunitas clavadas en mis pupilas cansadas de perseguirle infructuosamente.
Le intento pisar repetidamente, le ignoro, le mando a freír espárragos a cada momento hasta que caigo rendido. Entonces solo me queda implorarle que se vaya, que no quiero que me diga que debo o no debo hacer, que se vaya con la rubia despampanante, que le acose a ella, que yo estoy cansadito de su sufrir.
Entonces, sólo entonces, me contesta que no se va a ir, que yo soy la persona adecuada para él, que mi debilidad le alimenta más que un solomillo de ternera, que ha recuperado la vitalidad a costa mía y no se va a ir tan fácilmente. Se agarra a mi costado como un percebe a los arrecifes y me chupa la energía hasta dejarme tísico
No se va a ir, hoy lo veo claro. Jugaré al mus, una mano más a doble o nada.

No hay comentarios: