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2/22/2009

ABSURDO


Ejem, ejem… ¿Es quizás la vida un aprendizaje de la muerte?.........joder vaya preguntita………¿ó solo es un tránsito a un estadio superior desconocido y quizás menos tormentoso?.......¿ o tal vez seremos con total seguridad pasto de los gusanos y santas pascuas? (que tremenda crueldad de ser este último nuestro final)

La absurdez de ocupar todo nuestro tiempo para no darle al coco me perturba. Una vida plena para no incurrir en pensamientos existenciales que conlleven relativizar los problemas laborales hasta casi ridiculizarlos. Que tremendo error, que tristeza más ruin el dejarse llevar sin oponer la más mínima resistencia. ¿Y qué decir del amor?. Que extraña enfermedad contagiosa, un jeringazo directo a la vena que te alela, que te aletarga, que te somete a su placer. ¡Pero que felices somos enamorados!. Extraña dualidad es la que nos aturde y nos hace gozar al unísono. ¿Quién habrá sido el genio que haya inventado este juego del enamoramiento?. ¿Qué sería de nuestras vidas sin las feromonas que se segregan cuando se te acelera el corazón al ver esa persona?. Es más, ¿Por qué nos solemos enamorar de la persona equivocada?. Demasiadas preguntas sin una respuesta diáfana me asaltan.

En el fondo pienso que todo esta mierda ha de tener algún sentido, quiero pensar que la ciencia nunca podrá explicar los mil y un misterios de nuestra psique. Que somos algo más que materia, y que esta coraza es solo un envoltorio temporal dentro de una eternidad anímica. Que somos energía, que nunca muere sino que se transforma en otros entes, en un águila real, en una pompa de jabón, en cualquier bicho viviente que habita cualquier planeta desconocido en cualquier universo paralelo. ¡Pero que coño se yo si solo soy una partícula infinitesimal que en demasiadas ocasiones tiende a creerse el ombligo del mundo!

Quizás este es solo un pensamiento frágil en el ocaso de un domingo que perece en los brazos de mi diario. Una reflexión débil y cobarde de alguien que lucha de forma brutal contra el miedo a la muerte. Quizás solo sea que no se afrontar mi último destino y me agarro a un clavo ardiendo que de sentido a esta sinrazón diaria, a la rutina que me adormece pero que a la vez me encanta porque me devuelve a la normalidad absoluta de sentirme un ser humano integrado en una grandilocuente parafernalia, falsa, como el oficio de trilero, como el truco del tocomocho o las pestañas postizas de una calientabraguetas a las seis de la mañana.

Por eso no me hagáis ni puñetero caso cuando me pongo a filosofar porque con casi total seguridad todo lo que digo sea inexacto y cuanto menos…….. ABSURDO.

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